Grupo Menarini ha creado una comunidad de profesionales de la salud abierta e interdisciplinaria que tiene como objetivo reducir la brecha digital en el sector. En #sherpas20 se trabaja para poner la tecnología al servicio de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos. El Institut de Formació Continua de la Universitat de Barcelona es partner estratégico de Menarini para el diseño de las metodologías y plataformas de formación que necesita el proyecto para cumplir con su misión.
¿Qué es Junt@s contra el aislamiento digital?
Se trata de una comunidad impulsada desde Menarini que trabaja para reducir la brecha digital en la salud. Nos autodenominamos sardar sherpas, un grupo de profesionales de diversas disciplinas del ámbito sanitario que compartimos visiones, experiencias y buenas prácticas para conseguir que la tecnología sea un elemento estructural de nuestro sistema de atención, tanto a nivel público como privado. Creemos que con el uso adecuado de los nuevos medios digitales puede mejorar de manera decisiva la experiencia de la ciudadanía como ya ha pasado en otras áreas como son el gobierno digital, el comercio o la banca.
¿Por qué Menarini decide impulsar esta comunidad?
Fuimos el primer laboratorio farmacéutico que en una época temprana de internet, 1996, apostó por este medio comprando nuestro dominio territorial. Siempre hemos creído en las posibilidades de la Red y desde el inicio decidimos tener presencia en ella con una clara vocación de servicio.
En 2008-2009 ante el cambio sutil pero disruptivo que nos llevó desde una Internet más elitista a una Internet más social comenzamos a utilizar twitter como herramienta de formación. Fue una experiencia muy positiva para los profesionales de la salud. En 2010 avanzamos y creamos el hashtag #Salu20 con el cual recorrimos hasta 15 comunidades autónomas explicando el paradigma 2.0 y seleccionando un caso real de uso de las redes para la salud en el ámbito local. Si en un inicio éramos 30 profesionales en las reuniones, poco a poco el interés fue creciendo y llegó un punto en que nos vimos superados por la afluencia en las convocatorias.
En 2013 decidimos evolucionar el proyecto: no estábamos consiguiendo nuestro objetivo principal, que los profesionales de la salud se subieran al carro del 2.0, sino que simplemente venían y se informaban. Además, detectamos que los avanzados de internet estaban aun más lejos. Ahí nos planteamos la necesidad de reducir la brecha digital en salud.
¿Y en qué consistió esa evolución?
Entendimos que había que poner a trabajar los grupos clásicos del sector (medicina, farmacia, fisioterapia…) con aquellos actores que tradicionalmente no eran llamados al trabajo interdisciplinar en salud (comunicadores científicos, instituciones sanitarias, laboratorios farmacéuticos y pacientes). Convocamos a 10 líderes, profesionales convencidos de la necesidad de integrar la tecnología en el día a día de la asistencia sanitaria y en noviembre 2014 celebramos nuestra primera Desconferencia, un modelo de encuentro que se caracteriza por por su horizontalidad, sin ponencias magistrales y dónde todas las personas participantes pueden ser ponentes. Propusimos unas dinámicas de trabajo innovadoras, creativas, que obligaba a que todos los componentes de la comunidad participaran. Había nacido “Junt@s contra el aislamiento digital”, #Sherpas20, una comunidad abierta e interdisciplinaria para a impulsar proyectos de salud en los entornos reales de trabajo.
¿En qué punto de desarrollo se encuentra la comunidad?
A partir de los líderes comenzamos a integrar a más profesionales y hoy somos 80 personas. No tenemos intención de crecer más… Hemos madurado como comunidad, en nuestros sistemas de trabajo, en las conclusiones a las que llegamos, en los proyectos que los sherpas impulsamos en nuestras organizaciones… Cada vez se recogen más y mejores prácticas.
Para este 2019 nos planteamos el objetivo de mejorar los productos a disposición de los profesionales de la salud ofreciendo, por ejemplo, un test competencias digitales, y estamos trabajando en un proyecto de healthtubers para hacer una webserie de cuestione de salud que merecen ser divulgados. La idea es que la comunidad comience a funcionar de manera independiente de la aportación de Menarini, con las contribuciones de los miembros que la integran.
¿Cómo contribuye IL3-UB a los objetivos de Junt@s contra el aislamiento digital?
IL3- UB entra en la iniciativa en 2017. El camino de la comunidad lo decide la misma comunidad, y en ese momento se planteó la necesidad de incidir en formación, así que buscamos un compañero de viaje. IL3-UB nos ayuda tanto a nivel metodológico como práctico a través del diseño de las plataformas adecuadas para asegurar que los profesionales están al día de la realidad del mundo digital, midiendo competencias, entregando conocimiento. Contribuye a que los profesionales descubran cómo la tecnología puede incidir de manera positiva en su trabajo diario. Es un actor clave que nos permite seguir (r)evolucionando en salud digital, porque esa es la clave del proyecto: no queremos romper con todo, sino mejorar.
¿Qué caracteriza los ‘sardar sherpas’ de Junt@s contra el aislamiento digital?
¡Son profesionales un poco punkies! Son los raritos y raritas de sus organizaciones, son gente diversa pero que cuando se les habla de salud digital van todos a una. La mayoría son grandes influencers digitales a los que une una gran generosidad, siempre deseosos de compartir conocimiento y de arrastrar a los no convencidos de la importancia de la salud digital. Es una comunidad a veces incómoda, que quizás no encaja muy bien en un sistema de salud que no prioriza este ámbito, pero que están haciendo mucho por avanzar.
¿Cuál es la realidad de las competencias digitales de los profesionales de la salud?
El grueso del sistema se encuentra hoy en competencias básicas. En cuanto a los pacientes, la mayoría está en el nivel medio, con algunos más adelantados. Hemos avanzado. Son unas capacidades digitales medias y aceptables, pero mejorables. En este sentido, la formación y el conocimiento no deben ser el freno para avanzar en salud digital. De ahí nuestro empeño en entregar las herramientas necesarias.
¿Qué es lo más urgente ahora mismo para resolver la brecha digital del sector salud?
Sin duda que se impulse la salud digital desde la Administración. Se han dado grandes pasos pero aún se debe apostar más, tanto en el ámbito privado como público. Hay que ofrecer esas alternativas de salud digital que permiten evitar desplazamientos, ahorrar tiempo, estar más cerca de tu profesional de la salud.
¿Cómo sería el escenario de desarrollo digital ideal para el sector sanitario local?
Un espacio de salud interconectado. Que se replique en el entorno digital la colaboración que hoy se da en el mundo real. Que, por ejemplo, se resuelva la problemática de los historiales clínicos fragmentados. Que se trabaje en la interoperabilidad.
En lo que se refiere a la industria farmacéutica, necesitamos pactar un marco y legislar para poder estar cerca de la sociedad. Que las informaciones estén disponibles a partir de fuentes fiables. Acompañarles en el cuidado de su salud desde la responsabilidad con la ayuda del medio digital.
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