Las residencias para mayores son un recurso de vital importancia para la sociedad actual y futura debido al envejecimiento que está experimentando la población. Por eso, las habilidades en la gestión de residencias son esenciales, sobre todo desde el punto de vista social, pero también des del punto de vista económico-financiero.
La gestión de las residencias en nuestro país puede hacerse desde el sector público y desde el sector privado, pero, en cualquiera de estas modalidades, es imprescindible que estos centros sean viables económica y financieramente hablando. No se trata únicamente de prestar un servicio primordial en nuestra sociedad sino de conseguir hacerlo de forma eficiente.
En este sentido, dentro de la gestión de este tipo de centros se deben conocer todos los factores que pueden influir en la solvencia de dichas residencias. No solamente hablamos de las diferentes formas de financiación sino también de otras claves como la normativa, los costes de funcionamiento, la inversión inicial requerida, el modelo de negocio, etc.
Por todo ello, en la gestión de las residencias son tan importantes las habilidades socio-asistenciales como las de carácter económico-financiero. Y, para adquirirlas, se ha de ser un profesional acreditado y competente.
En España, la inmensa mayoría de residencias son gestionadas por entidades privadas (llegó al 75% en 2021, según DBK). Sin embargo, la principal fuente de financiación de este tipo de centros sigue siendo los fondos de carácter público (89,8% según el mismo estudio).
En otros casos, el principal instrumento financiero para la gestión de estas residencias es el impulso o la colaboración de organizaciones sin ánimo de lucro. En muchos casos, la participación pública o de entidades altruistas puede significar que el servicio sea más barato para los usuarios, pero no necesariamente que esté siendo gestionado de una manera más eficiente.
Por eso, es importante la formación de los gestores de residencias geriátricas y la profesionalización de las personas que dirigen este tipo de centros. Para ellos, el conocimiento de los diferentes instrumentos de gestión de residencias es esencial para el desempeño de sus funciones.
El objetivo en este tipo de centros ha de ser siempre mejorar la calidad de sus servicios sin que se resienta su economía. En este sentido, son varios los indicadores que hay que revisar para evaluar el nivel de calidad:
En este último punto se fundamenta el éxito o el fracaso de todo lo demás y, por lo general, también juega un papel esencial la correcta financiación de la residencia. Así, los gestores de estos centros no solamente deben conocer cómo prestar el mejor servicio y el más completo sino cómo hacerlo de la mejor manera ajustándose a criterios de eficiencia.
Un profesional que se dedica a la gestión de residencias ha de contar con una serie de conocimientos y habilidades básicas que le permitirán lograr la eficiencia en su trabajo. ¿Cuáles son esas capacidades clave?
La normativa obliga a los directores de las residencias geriátricas a contar con una certificación que acredite sus conocimientos y su especialización, lo que incluye ciertas habilidades en la gestión financiera.
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