La normativa de atención en las residencias geriátricas se revisa periódicamente para establecer mecanismos de control de calidad que sirvan para mejorar el servicio a las personas mayores.
Esto implica que los gestores de este tipo de centros cuenten con una formación específica en este sentido y actualicen sus conocimientos continuamente. Son estos profesionales los responsables de aplicar el control de calidad en las residencias geriátricas de la manera más adecuada. ¿Pero cómo se realiza este proceso?
Principales indicadores de calidad en residencias geriátricas
Para las residencias de mayores es imprescindible tanto aplicar políticas de calidad en la gestión como desarrollar instrumentos de evaluación internos y externos que permitan mejorar de manera continua el servicio que ofrecen a los usuarios.
La mejor manera de conocer las necesidades que los mayores tienen es atender a los llamados indicadores de calidad, que permiten evaluar si se cumplen los objetivos, identificar los aspectos a mejorar y hacer que el funcionamiento del centro sea más eficiente.
Los indicadores de calidad en residencias geriátricas son instrumentos de medida que sirven para expresar cuantitativamente diferentes aspectos del servicio que se presta a las personas mayores y su objetivo es detectar carencias para aplicar mejoras que eleven la calidad del servicio.
Podemos distinguir los siguientes indicadores de calidad en residencias geriátricas como los más habituales:
- Atención a la persona. A los residentes se les realiza una valoración inicial cuando ingresan en el centro. A continuación, se les programa un plan de atención personalizado, con seguimiento continuo de su estado. En el centro se fomenta su autonomía y se aplican protocolos para la administración de su tratamiento farmacológico, prevención de riesgos, nutrición, higiene, etc. Y hay que evaluar si todo eso se cumple adecuadamente.
- Relaciones y derechos de la persona. También hay que medir si son satisfactorias su acogida en el centro, su participación en actividades de ocio, sus relaciones familiares y con el resto de usuarios, así como su nivel de satisfacción en general.
- Confort, entorno y servicios hoteleros. En este apartado se evalúan aspectos como la calidad de la comida, la personalización e intimidad del entorno, la accesibilidad y seguridad de las instalaciones, la higiene del centro o la imagen de los residentes.
- Organización del centro. Por supuesto, cómo funciona el equipo de trabajadores del centro, la formación continua de los empleados o la actualización de la documentación de cada residente son muy importantes también en el control de calidad de una residencia geriátrica.
Cómo elaborar un plan de calidad en residencias geriátricas
Cada residencia geriátrica debe aplicar su propio protocolo de control de calidad en la gestión, lo cual implica la elaboración de un plan de calidad en el que se establezcan objetivos y se evalúe el cumplimiento de éstos. ¿Cómo se elabora un plan de calidad en residencias geriátricas? Éstos son los pasos principales:
- Planificación. En esta fase se establecen los objetivos del centro y se lleva a cabo la formación del personal en base a esos objetivos. Para ello, también hay que conocer cuál es la situación inicial de la residencia, se establece un organigrama de trabajo y se comunica el funcionamiento del centro a todos los implicados en la gestión y organización.
- Implantación. Una vez planificada ‘la teoría’ hay que llevar a la práctica el sistema sin perder de vista el control de calidad en el servicio. Esto implica toma de decisiones, aplicación de los cambios necesarios, formación continua de los trabajadores, realización de procesos básicos en el día a día del centro, etc.
- Comprobación. En un plan de calidad de una residencia geriátrica es imprescindible la aplicación de auditorías internas y externas y la revisión del sistema de manera continua y periódica, de forma que siempre se pueda mejorar el servicio a los usuarios.
- Actuación. No basta con detectar carencias o anomalías, hay que aplicar cambios que ayuden a mejorar el plan de calidad.
En este sentido, un plan de calidad en una residencia geriátrica es siempre dinámico, puesto que está en continua actualización para procurar siempre un mejor servicio a las personas mayores.