Entrevistamos a Lluis Vicente y Raúl Alonso, ex alumnos del Máster en Eficiencia Energética y Sostenibilidad. Los dos ingenieros, conscientes de la creciente necesidad para empresas y sociedad en general de optimizar los consumos energéticos de su actividad, deciden fundar en el año 2012 JustaEnergía.
¿En qué consiste el proyecto JustaEnergia?
Somos una empresa de ingeniería energética que ofrece todos los servicios relacionados con la energía. Nuestra propuesta se basa en la aplicación de medidas y soluciones para ahorrar costes energéticos de manera sostenida a las empresas, negocios e instituciones para las que trabajamos, a la vez que consumen la energía que necesitan. Usamos tecnologías basadas en la nube y la gestión masiva de datos (big data) para recibir en nuestra central los datos de consumo de las instalaciones que gestionamos y en las que previamente hemos instalado equipos de monitorización que nos envían la información en tiempo real y de manera continua. Cada día nos llegan más de setenta mil datos, que analizamos para definir el plan de eficiencia energética de las instalaciones y hacer el seguimiento de sus consumos.
El plan de eficiencia se define según las necesidades de cada cliente y puede comprender acciones muy diversas. Una de las primeras suele ser la optimización de contratos energéticos, que implica conocer las necesidades de consumo, estudiar las mejores opciones del mercado que se adaptan a éstas y gestionar los cambios con la comercializadora. En segundo lugar, estarían las medidas de ahorro sin inversión o con baja inversión, que determinan qué consumos se pueden reducir, eliminar, modular o reprogramar sin afectar a la competitividad. Finalmente, llevamos a cabo proyectos con una inversión más importante para sustituir instrumentos poco eficientes, de bajo rendimiento y que ocasionan gastos elevados de consumo.
Contamos con un equipo capaz de llevar a cabo todo el ciclo, desde el diseño del proyecto hasta la ejecución y seguimiento de las mejoras, pasando por la dirección de obra y la legalización. A través de nuestros proyectos de eficiencia energética conseguimos que nuestros clientes ahorren lo necesario para reinvertir en sistemas más eficientes con el objetivo de acercarnos progresivamente a modelos de fuentes limpias con costes asequibles y consumos mínimos.
¿De dónde surge el proyecto JustaEnergia?
Los dos socios venimos de una larga trayectoria dentro del ámbito de la instalación de equipos. La crisis económica nos llevó a reorientar el negocio: los clientes que antes de 2012 invertían en mejorar sus instalaciones, estaban pasando por un momento en el que lo que necesitaban era reducir costes. A la vez, dentro de las empresas estaba creciendo la preocupación por la gestión medioambiental.
Como ingenieros, vimos en la eficiencia energética una oportunidad de ayudar a estos negocios a través de un proyecto basado en la innovación y comprometido con la calidad y la sostenibilidad.
¿En qué os ha ayudado el Máster en el emprendimiento de vuestro propio proyecto?
Como hemos comentado antes, nosotros venimos del ámbito de la ingeniería industrial y en el momento de decidirnos a cursar el Máster en Gestión de Eficiencia Energética y Sostenibilidad buscábamos dar respuesta a una oportunidad de mercado que con el tiempo ha demostrado su validez.
Ante un escenario en el que se abren nuevas alternativas de negocio, siempre surgen muchas propuestas en el mercado: desde grandes compañías que incorporan el nuevo servicio, hasta pequeños negocios creados al abrigo de esta nueva oportunidad.
JustaEnergia nació con vocación de diferenciarse y dar una respuesta enfocada a las necesidades e intereses del cliente, con proximidad y calidad. La formación que recibimos en el Máster en Gestión de Eficiencia Energética y Sostenibilidad, dirigida a obtener resultados y tener una visión amplia del papel del gestor energético, ha sido determinante a la hora de definir JustaEnergia como una empresa capaz de ofrecer esta misma amplitud de servicios al cliente.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector de la Eficiencia Energética?
Dentro del sector de servicios energéticos a empresas e instituciones, nos enfrentamos a un entorno cambiante. Por un lado, es muy difícil controlar los costes energéticos ante un sector eléctrico sometido a una fuerte regulación, con importantes variaciones de precio y un mercado enorme–y creciente–de comercializadoras. Por ejemplo, la introducción de la energía fotovoltaica ha sufrido un grave retraso a causa de la regulación a que estaban sometidas las instalaciones de este tipo, mientras que en otros países en los que las condiciones climáticas no son tan favorables como las nuestras está mucho más implementada. Igualmente, el escenario de precios energéticos es un lastre para la competitividad de las empresas: según un informe de la PIMEC, las empresas españolas que consumen menos de 20 MWh son las que pagan más por la electricidad en Europa, y la distancia entre los precios del pequeño y gran consumidor son los más altos de la eurozona.
Por el otro, y este punto ya nos gusta más, los avances tecnológicos en la gestión energética de edificios e instalaciones permiten ofrecer soluciones más eficientes e integradas en un modelo de consumo más sostenible. Hay que estar pendientes de estos avances y preparados para incorporarlos.
¿Como cree que debe ser un buen profesional en este ámbito?
Se trata de un ámbito muy amplio, que incluye a profesionales de perfiles muy diferentes. Dentro de la oficina técnica, por ejemplo, se necesitan personas formadas en ingeniería y eficiencia energética, capaces de analizar gran cantidad de datos y estar al día de las regulaciones legales que afectan a las instalaciones, conocer el mercado eléctrico y gestionar los consumos de las localizaciones.
Las personas que componen un departamento de soluciones energéticas son las encargadas de hacer los proyectos, planificarlos y dirigir su ejecución. Además de estar convenientemente formadas en ingeniería y eficiencia energética, deben tener mucho rigor para llevar a cabo los proyectos con la precisión y la puntualidad necesaria, ya que en muchas ocasiones de ello depende la ejecución de otras fases de obra o el inicio de actividades empresariales.
En ambos casos, es muy importante la capacidad para identificar en todo momento y de manera muy precisa las necesidades del cliente.