Entre todos los tipos de decisiones que habitualmente se toman en una empresa, las decisiones estratégicas son, probablemente, las que tienen un mayor impacto en el futuro de la compañía. Por eso, no deben tomarse a la ligera ni sin una concienzuda planificación. ¿Cómo tomar decisiones estratégicas en la empresa? ¿Cómo afectan éstas a la organización?
Qué son las decisiones estratégicas de una empresa
Las decisiones estratégicas son aquéllas que se toman en una empresa de manera meditada y estudiada con el fin de conseguir unos objetivos a largo plazo.
Para tomar este tipo de decisiones es necesario emplear un buen número de recursos, así como realizar cambios profundos en la compañía, lo que significa que son decisiones complejas que afectan de manera estructural a la organización.
Dicho esto, ¿cuáles son las principales características de las decisiones estratégicas?
- Son decisiones que se toman a largo plazo.
- Se consideran una planificación futura en la empresa.
- Deben estar alineadas con la misión y la visión de la organización.
- Están estrechamente relacionadas con la planificación general de la compañía.
Dado el calado de este tipo de decisiones en una empresa, las decisiones estratégicas son responsabilidad de la alta dirección y han de ser meditadas concienzudamente porque afectarán al futuro a medio y largo plazo de la organización.
Diferencia entre decisiones estratégicas, tácticas y operativas
Todo tipo de decisiones en una empresa, en mayor o menor medida, requiere de una planificación. Pero existen diferentes niveles en este sentido, lo que nos lleva a distinguir tres categorías en la toma de decisiones: estratégicas, tácticas y operativas.
- Estratégicas. Se toman pensando en la visión de futuro de una compañía. Generalmente, teniendo en cuenta un período de unos 5 a 10 años. En esta planificación no se concretan acciones con detalle y se requiere de una revisión y actualización constantes porque la realidad es cambiante.
- Tácticas. Este tipo de decisiones se toman a corto plazo, en un período de entre uno y tres años, generalmente. Es una planificación más específica, en la que se detallan planes concretos de acción que contemplan decisiones estratégicas de marketing, producción, personal, etc.
- Operativas. Son decisiones que se basan en la planificación táctica de una compañía y que tienen en cuenta cómo se organiza el trabajo y qué rol asume cada empleado. Detalla las tareas de cada profesional teniendo en cuenta períodos de entre tres y seis meses y requiere de un seguimiento para garantizar el cumplimiento de los objetivos.
Fases de la toma de decisiones estratégicas
En todo proceso de toma de decisiones estratégicas se pueden distinguir tres etapas principales:
- Análisis. ¿Cuál es la posición estratégica de la empresa? En esta fase se debe entender qué capacidad tiene la compañía y cómo es su contexto, interno y externo. Debe basarse en los datos y ser riguroso para ser realista pero también ha de detectar oportunidades de negocio.
- Decisión. Es la parte del proceso de decisión en la que se establece de forma definitiva el rumbo a seguir y se fijan objetivos claros.
- Implementación. Es el momento en el que se llevan a la práctica las acciones planificadas, por lo que entran en juego los recursos y las personas.
Para tomar decisiones estratégicas no se puede tener prisa. Meditar con calma, con objetividad e imparcialidad y valorando diferentes alternativas y puntos de vista es la mejor manera de acertar.
No se trata de decisiones rutinarias, ya que implican una gran responsabilidad, por lo que tampoco son decisiones que se tomen cada día. Pero, dada su relevancia y repercusión, requieren de un tiempo adecuado de planificación.