Hoy tenemos la suerte de entrevistar a Ricard Faura i Homedes, Jefe de servicio de Inclusión y Capacitación Digital de la Generalitat de Catalunya, quien nos explica el nuevo programa CatLabs impulsado para potenciar la innovación social digital en Cataluña.
En un contexto de digitalización del ciudadano, ¿Cuáles dirías que son los cambios sociales más importantes en marcha ahora mismo y por qué?
Si analizamos los últimos años, podemos observar que al principio la digitalización era simplemente un canal donde el ciudadano recibía una información de forma unidireccional. Posteriormente, cuando esta digitalización se abrió a la participación de la mayoría de ciudadanos, éstos se convirtieron en transmisores de esta información. La tercera revolución vino con la introducción de la web semántica y otras herramientas que permiten que no sólo haya una relación hombre-hombre u hombre-máquina sino que empiezan a aparecer elementos de inteligencia artificial. Y la última, en la que estamos entrando, es aquella que tiene que ver con todas las nuevas herramientas donde hablan máquina-máquina, hombre-máquina y donde existe la sensorización e inclusión, de forma más intensa, de la inteligencia artificial.
Hablemos de la iniciativa CatLabs. ¿En qué consiste?
Catlabs es un programa de gobierno, aprobado el pasado mes de noviembre, que intenta integrar a todos los agentes de Cataluña que están haciendo innovación social digital en el territorio. Su objetivo es, por un lado, ponerlos en contacto, y a la vez hacerlos partícipes en proyectos a mayor escala, que se llevan a cabo a nivel de país, siguiendo las directrices marcadas por la Comisión Europea. En el caso de Cataluña, los tenemos identificados y ahora lo que busca Catlabs es generar una participación, una dinamización entre ellos.
¿Cómo cambia la relación que establece la administración con este nuevo ciudadano dentro de CatLabs?
Lo que pretende Catlabs en este sentido es cambiar totalmente la relación entre el ciudadano y la administración. Hasta ahora la administración tenía una visión muy vertical de arriba abajo, donde el ciudadano era un receptor de las políticas públicas, un participante pasivo. Lo que se pretende con los procesos de innovación social es que el ciudadano no solo sea un actor, sino también un diseñador de estas políticas y a partir de ellas, de la misma forma, de igual a igual, tanto con la propia administración, con las propias empresas, universidades, centros de investigación, pueda coparticipar en el diseño de estas nuevas políticas públicas donde el foco de atención siempre es el impacto social.
¿Qué agentes se deben implicar en el proceso de construcción del nuevo entorno de innovación social que propone CatLabs y por qué?
Cuando hablamos de la innovación social digital seguimos lo que nos marcan tanto las estrategias europeas como la propia estrategia catalana. La estrategia inteligente (RIS3CAT) contempla por primera vez de forma visible el concepto de cuádruple hélice donde administración, empresa, universidad y ciudadanos participan en el mismo proceso de innovación. Aquí, lo que cambia totalmente, es la forma de relacionarse, la forma de producir esta innovación. Queremos crear el concepto de innovación universal, igual que podemos tener el concepto de sanidad universal. Cualquier ciudadano que tenga la necesidad o las ganas de participar en algún proceso de innovación, tiene que poder encontrar la forma más fácil de llevarlo a cabo, acompañado siempre de la gente que encaje realmente en el desarrollo de su propuesta.
CatLabs promueve la figura del agente de innovación social y digital ¿Quién puede asumir este papel y qué habilidades debe ofrecer?
La idea es que en cada territorio haya agentes. Los agentes locales que hasta ahora también están desarrollando tareas muy importantes de promoción económica, de alfabetización digital, etc. serán prescriptores o referentes en el territorio de proyectos de innovación social digital. El conocimiento que tienen es fundamental para acabar trabajando en un proyecto que tenga un alcance nacional. Pero lo primero que tenemos que hacer es que todos estos actores hablen el mismo lenguaje, intentando primero ponernos de acuerdo todos con el mismo concepto y después establecer metodologías que faciliten el acompañamiento de proyectos en cada territorio.
¿Cómo contribuye el Digital Learning al proyecto?
Lo que tenemos muy claro y que hemos detectado es que el hecho que nos ayudará a que un programa como Catlabs salga adelante es la formación. Iniciativas como son la formación en línea–cada vez más necesaria- no es que ayuden, sino es que son totalmente necesarias. Sin formación no es posible tirar adelante este tipo de proyectos.
¿Cómo conseguirá CatLabs que las propuestas sean escalables y replicables?
Como cualquier proyecto «con la etiqueta de laboratorio», tenemos la ventaja de que nos podemos equivocar, intentar rectificar y analizar donde está nuestro error. Pero a la vez tiene la dificultad que debemos poder replicarla en otros ámbitos y en distintas dimensiones. En este sentido, estamos realizando diferentes acciones; por ejemplo, este mes de junio haremos un innovation camp conjuntamente con la Comisión Europea para ver si realmente la metodología a seguir, y que estamos aplicando en los cursos de formación, es la correcta y sobre todo cómo aplicarlo directamente en casos reales. Todo lo que haremos estará ligado a proyectos y a retos que serán reales y que se podrán aplicar al mismo territorio. Esto nos permitirá ver más tarde si esta metodología se puede implementar en distintos lugares, a diferente escala y si tiene sentido hasta a nivel internacional. En estos momentos ya tenemos contactos con otros países como son Egipto, Costa Rica y Panamá, etc. con los que estamos colaborando para ver si lo que hacemos aquí es factible en cualquier parte del mundo.
