El compromiso de los profesionales, pilar para construir un sistema social y sanitario integrado.
La "Jornada Conocimiento y Experiencia en Atención Integrada" organizada por el Máster GESAPH del IL3-UB ofreció know-how de destacados expertos, además de buenas prácticas que organizaciones líderes en sus sectores ya están poniendo en marcha, para desvelar las vías que permiten consolidar el compromiso de las personas en su faceta profesional.
La confianza de los profesionales hacia la organización, así como la creación de comunidades de trabajo ‘emocionalmente sostenibles’ son dos bases imprescindibles para hacer realidad el modelo colaborativo entre instituciones sanitarias y sociales.
Así quedó de manifiesto en la “Jornada Conocimiento y Experiencia en Atención Integrada. Nuevos retos en la gestión de profesionales y equipos” organizada por el El Máster en Gestión Integral de Servicios en Atención Primaria, Sociales y Hospitalarios GESAPH del Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona (IL3-UB) de manera conjunta con el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies (DTASF) de la Generalitat de Catalunya y la Societat Catalana de Gestió Sanitària.
La jornada contó con la participación de un nutrido grupo de representantes institucionales del ámbito social y sanitario, así como con expertos en la gestión de personas en estos sectores, que aportaron conocimiento y experiencia de proyectos reales que están permitiendo construir el ecosistema de atención holístico a partir de la consolidación de los equipos. La conclusión fue unánime: la falta de motivación y de compromiso por parte de los profesionales es una barrera real para la materialización de un entorno sociosanitario integrado. Es por ello que las instituciones públicas y privadas están llamadas a ganarse la confianza de sus profesionales para conseguir impulsar la evolución del sistema. Sin motivación y compromiso será muy difícil avanzar en la atención sanitaria y social integrada.
Espacio de conocimiento: la confianza en el centro
Tras las intervenciones de apertura tuvo lugar la mesa redonda de conocimiento en la que participaron Jordi Garriga, socio-director de e-Motiva y Mercè Conangla, directora del Instituto de Ecología Emocional, y que estuvo moderada por Xavier Pérez, director gerente de Servicios de Salud Integrados del Baix Empordà.
Pérez hizo referencia a dos de las cuestiones más complejas para muchos directivos en instituciones sociales y sanitarias: ¿es posible conocer el nivel de compromiso de los profesionales con los que se trabaja? ¿Cómo generar espacios de respeto y confianza en las organizaciones? El Proyecto OPINA, impulsado por e-Motiva, ha estado trabajando los últimos nueve años en realizar una fotografía certera del nivel de compromiso de los trabajadores del sector sociosanitario. Entre 2010 y 2019 ha realizado más de 27 mil encuestas a profesionales de 23 organizaciones diferentes, permitiendo tener una visión real del nivel de implicación de los profesionales con su trabajo.
De sus resultados se desprende que un 25 % de los profesionales están enamorados de sus organizaciones —los directivos más que el personal de base—; el 32 % tiene un grado de compromiso crítico —manifiesta ganas de mejorar las cosas—; y un 27 % es escéptico en relación a las intenciones y el rumbo de la organización —se sienten peones y no tienen claridad en relación a los objetivos de la institución—. Por último, hay un 16 % que está realmente desconectado y ejerce una actitud destructiva. En esta franja, destacan especialmente los profesionales de instituciones de servicios sociales.
Pero, ¿qué es lo que más influye en la generación de compromiso? Según Jordi Garriga, hay que tomar nota de las palancas de motivación que se muestran en el Proyecto OPINA: “los que peor conectados están con sus organizaciones otorgan un alto valor a la confianza de sus directivos y a la claridad y transparencia en la gestión de la institución. Los beneficios sociales y económicos no ocupan nunca los primeros puestos, son importantes pero secundarios”.
Según OPINA, la confianza en el equipo directivo es un elemento siempre presente en las organizaciones exitosas. Tal y como muestran los resultados de las encuestas realizadas sobre el desempeño de las instituciones, los equipos directivos cohesionados, capaces de tomar las decisiones adecuadas aunque sean duras, que comunican las situaciones con transparencia, dando voz a los mandos intermedios y canalizando la participación de las bases, suponen una característica común en las organizaciones que mejor han capeado la crisis en estos últimos 10 años. Son organizaciones que tienen una visión clara, una misión definida y trabajan en base a unos valores compartidos por todos que facilitan el planteamiento de la estrategia. “Son organizaciones donde cada uno hace lo que tiene que hacer para conseguir el objetivo marcado”, resume Garriga. Instituciones que avanzan por el compromiso de sus profesionales, el cual se construye desde la confianza. Una constatación tan simple como compleja: el compromiso se gana y cada institución debe hacerse merecedora de él.
A este concepto de compromiso y confianza por parte de los directivos Mercè Conangla añadió el deber que tienen los profesionales, sea cual sea su posición en la organización, de ser éticos y emocionalmente responsables:“Ya se ha acabado el tiempo en que los profesionales esperaban ser motivados. Hoy en día todo el mundo ha de saber que su motivación depende de él mismo, que no viene de fuera. Como profesional he de hacerme responsable de mis emociones y, por tanto, de mi motivación con la organización”.
En este sentido, Conangla recomienda huir del cansancio moral que plantea el cofundador del Instituto de Ecología Emocional, Jaume Soler, un territorio marcado por la desconfianza, la desmotivación, la desesperanza y otros tantos “des” de connotaciones negativas. Los profesionales que llegan con esta actitud emocional a su puesto de trabajo marcan el ambiente de las mismas, creando entornos llenos de angustia, miedos, etc. Son organizaciones que no avanzan.
El proyecto realizado por Conangla en el Hospital Clínic es un ejemplo de transformación de la organización en una institución “emocionalmente ecológica”. El proceso se inició con un trabajo para pasar del valor pensado al valor vivido: se eligieron tres valores de la institución para hacerlos realidad. Se escogieron la confianza —con los pacientes, entre los equipos o con las familias—; la gratitud —reconocimiento, vitaminas emocionales que confirmen a los profesionales que están haciendo bien su trabajo, que son imprescindibles—; y la generosidad —compartir conocimientos y experiencias para que el todo sea más que la suma de las partes—. El proyecto contempló la realización de encuentros de análisis y formación alrededor de estos valores, para impulsar después microproyectos y buenas prácticas para hacerlos realidad desde el puesto de trabajo. De los 4.200 profesionales de la institución, ya hay 900 profesionales involucrados con 57 microproyectos voluntarios en marcha. A partir de estas iniciativas, se extrapolan buenas prácticas y se ha creado un manual que circula entre los profesionales del centro donde se identifican los comportamientos que favorecen la construcción de los valores. Hoy en día, el Hospital Clínic es una institución emocionalmente más sana, con profesionales más comprometidos y motivados.
Para Conangla, el futuro es esperanzador:“En el sector sociosanitario tenemos profesionales muy preparados que han hecho ya un trabajo interior en relación a la construcción de su ética y sus emociones, por ello también su nivel de exigencia hacia la organización es cada vez más alto. Los directivos de las organizaciones también avanzan en una mayor personalización de las relaciones con sus profesionales. Y cuando la rueda arranca ya no hay quien la pare: todos los profesionales quieren sumar a consolidar los valores de la organización”.
Espacio de experiencias: las personas en el centro
El segundo bloque de la jornada se centró en proyectos reales de éxito que han sido capaces de construir organizaciones emocionalmente sostenibles, en las que el compromiso es la actitud predominante y donde la confianza es un valor compartido por todos. Presentado por Ramón Cunillera, director gerente del Consorcio Sanitario del Maresme, el bloque arrancó con la experiencia de Helena Borbón, directora general de la Fundación CARES, quienintrodujo el concepto de organización transversal, una apuesta para poder conectar a las personas fuera de sus actividades cotidianas en espacios llamados comités de trabajo —espacios de encuentro permanentes— y grupos de trabajo —espacios creados para trabajar un tema específico liderado por un coordinador— que entregan a los profesionales la oportunidad de relacionarse con otras personas de la empresa con las que no trabajan habitualmente para desarrollar ciertos proyectos, pudiendo compartir visiones, competencias y habilidades.
Bajo este modelo, la Fundación CARES ha conseguido ir abordando diversos desafíos detectados por los mismos profesionales y posicionarse hoy como una organización líder en su sector que, además, trabaja desde una mirada social. Está especializada en outsourcing de procesos logísticos en diferentes sectores con una plantilla de profesionales con personas de capacidades diferentes y con riesgo de exclusión social. Al año gestionan más de 8 millones de piezas de ropa, 14 millones de toneladas de alimentos, 16 millones de botellas, inspeccionan 6 mil contenedores en puerto, etc. Una apuesta empresarial y social de éxito en un sector competitivo como es el de la logística.
Albert Riera, director de comunicación de La Fageda, explicó cómo La Fageda, una cooperativa y empresa agroalimentaria fabricante de productos lácteos, ha conseguido ser una organización emocionalmente sostenible y económicamente exitosa. “No vendemos un producto social, vendemos un producto bueno”, destacó Riera, para quien es imprescindible ser una organización “emocionalmente sana” para activar el compromiso. Actualmente son 412 personas, 307 puestos de trabajo directo, que han superado la barrera de los 10 millones de euros de facturación. En Cataluña son la empresa que mayor cantidad de yogures venden.
Riera insistió en la importancia del trabajo conjunto de la empresa privada con el sistema sanitario y social: “Como organización queremos aportar salud. Si las relaciones entre las personas de nuestra organización son saludables, la persona se desarrollará de mejor manera”. En este sentido, La Fageda está ahora en un proceso de trabajo en relación a la concepción antropológica de la organización, “en trascender el egoísmo para reconocer al otro”, explicó.
Manel Salcedo, director de RRHH del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, entregó detalles sobre cómo la adaptación ha sido la clave del éxito de la institución. Ante el incremento de la complejidad de la atención infantil, la institución decidió dejar de ser un hospital local y potenciar los servicios de referencia para ser un actor internacional: si el 2010 recibían 10 peticiones de atención internacional al año, hoy el hospital recibe 10 peticiones al día con lo que ello conlleva: mayor atracción de talento, mayores ingresos, etc. En la base de esta transformación está el compromiso de los profesionales, explicó Salcedo, que también provoca dinámicas positivas en la organización —menor ausentismo, menor rotación, mejor resultado económico...— y en los pacientes —mayor calidad de la atención, menor mortalidad, etc.
Por su experiencia, los drivers del compromiso gestado en Sant Joan de Déu tienen que ver con tener un proyecto claro; tener valores compartidos; ser coherentes con estos valores en el día a día; ofrecer a los equipos un liderazgo clínico de excelencia —le llaman el líder jirafa: “con altura de miras, tranquilidad y gran corazón”—; fomentar la participación y autonomía de los profesionales; entregar soporte y reconocimiento a su labor; y ofrecer buenas condiciones de trabajo —tanto a nivel de retribuciones como en lo que se refiere al apoyo no material: coaching emocional, de salud física, oportunidades de ser solidarios, etc.
Reconocimiento institucional para el Máster GESAPH
Durante las intervenciones de apertura, Francesc Iglesies, secretario del DTSAF, destacó la relevancia de la vocación del GESAPH —“no solo formar a partir de una visión sociosanitaria integrada, sino también impulsar proyectos reales en el sistema”— y que su enfoque como programa está plenamente alineado con los objetivos planteados por el Departament: “la idea es fortalecer el sistema utilizando como palanca de cambios los profesionales” —afirmó— “labor con la que el IL3-UB y el Máster GESAPH están comprometidos hace años”. De hecho, durante el mes de junio de 2019, la Generalitat de Catalunya aprobó el plan de atención integrada social y sanitaria “que va un paso más allá del PIAISS” y que, según el secretario “demandará nuevas capacidades a los profesionales”.
Guillem Íñiguez, director general del IL3-UB, confirmó que la institución es consciente del desafío, y de ahí la importancia de encuentros como la Jornada de Conocimiento y Experiencia “para impulsar el intercambio de puntos de vista entre profesionales llamados a ser motores de cambio en sus lugares de trabajo”. Pere Vallribera, presidente de la Societat Catalana de Gestió Sanitària, celebró el reciente acuerdo firmado entre el IL3-UB y el Máster GESAPH con su institución, una de las 90 sociedades científicas que existen en España, ya que entre los objetivos de la sociedad está el apoyar la labor del profesional sanitario en este nuevo escenario de atención integrada.
Adrià Comella, director de CatSalut y presidente del Institut Català de la Salut, recordó que para 2030 el desafío será mayúsculo: además del crecimiento de la población, el sistema tendrá que tratar con una población en edad avanzada, que no actuará simplemente como paciente sino que estará altamente empoderada e informada. Los profesionales tendrán que ofrecer respuesta a la altura de estas exigencias sabiendo utilizar la gran cantidad de herramientas a su disposición —tecnología, terapias genéticas, inteligencia artificial...— pero sin olvidar la mirada humana. “Uno de los principales desafíos estará en rediseñar el flujo de las personas dentro del sistema para mejorar su salud y su bienestar sin sanitizar sus vidas. En ello, el papel de profesionales capaces de entender el sistema social y sanitario como un todo integrado será fundamental. Apuestas como las que hace el Máster GESAPH serán claves para construir este ecosistema”, añadía el director.
Ya en la clausura de la jornada, Meritxell Benedí, directora general de Serveis Socials del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, incidió en la importancia del liderazgo político y el compromiso de los profesionales y las profesionales en la construcción de la nueva atención integral. “Que los equipos se comprometan con el cambio y que se proponga una hoja de ruta con sentido para las y los profesionales”. En ese sentido, la directora destacó que el papel de la universidad es una pieza fundamental.