Las emociones entran al aula para impulsar un proceso de aprendizaje integral

  • Freta Educació Maresme, con dos centros ubicados en la provincia de Barcelona, han iniciado de la mano del Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona un programa de formación en Inteligencia Emocional para el profesorado de su centro de Calella. El proyecto tiene como objetivo impactar positivamente en el bienestar de toda la comunidad educativa además de facilitar el proceso de aprendizaje del alumnado.
     
  • La formación se ha planteado en tres fases: en primer lugar, los profesionales se forman de la mano de IL3-UB y el equipo de Rafael Bisquerra en el reconocimiento y gestión de las emociones. A continuación, se adaptan estos conocimientos a las particularidades de cada etapa educativa (infantil, primaria y secundaria) y, por último, se crean las herramientas y los recursos que permiten aplicar este marco teórico en el aula.
     
Las emociones entran al aula para impulsar un proceso de aprendizaje integral


Tras el impacto de la pandemia, y con el curso escolar en marcha en el marco de la nueva normalidad, desde la dirección de la Escola Freta Calella, parte del grupo Freta Educació Maresme, se detectó un aumento de casos de conflictividad entre el alumnado, una situación que coincidió, además, con el incremento de la demanda de asesoramiento psicopedagógico por parte de las familias. “El aislamiento y el uso abusivo de las nuevas tecnologías durante el confinamiento no ha hecho más que agravar la situación emocional de niños y jóvenes”, explica Isabel Martínez, directora de la Escola Freta Calella.

Ante este escenario, desde la dirección del centro se identificó como prioritario abordar la situación emocional del alumnado para incidir positivamente en el proceso de aprendizaje y, además, mejorar el clima de convivencia en la Escola Freta Calella. Como forma parte de ese escaso 5% de los colegios en España que incluyen la educación emocional en su proyecto educativo, la dirección del Freta Calella se embarcó, de la mano del Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona (IL3-UB), en la creación de un programa de formación en Inteligencia Emocional para el profesorado que se planteó como meta descubrir el universo de las emociones y aplicarlas en el día a día del aula.

Formación 360º: conocimientos, adaptación a la realidad educativa y aplicación

Tal y como detallan desde Escola Freta Calella, se planteó al Instituto de Formación Continua el reto de diseñar una formación dinámica, que se pudiese trasladar de manera sencilla e inmediata al aula, que se aplicase a los alumnos de manera adaptada a cada etapa educativa —infantil, primaria y secundaria—, y que fuese atractiva y motivadora para el profesorado que se implicase en el proyecto.

Con la colaboración de la mirada experta del profesor Rafael Bisquerra y el equipo de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), se diseñó una formación con tal de que el equipo docente pudiese conocer la naturaleza de las emociones, así como sus estructuras y familias; descubriese la importancia de la educación en la experiencia emocional; desarrollara y/o consolidara las competencias emocionales básicas (conciencia emocional, regulación emocional, competencias sociales, etc.) y fuese capaz de aplicar la educación emocional en la práctica educativa diaria.

Para ello, la formación se ha estructurado en tres bloques:

  • El primer bloque, de 12 horas de duración, se dirige a todo el profesorado y en él se ahonda en el conocimiento de las emociones: qué son, vocabulario emocional, el concepto de competencia emocional y educación emocional y la importancia de la implicación de las familias, entre otras cuestiones.
  • El segundo bloque, de 8 horas de duración, se centra en la formación específica para cada etapa educativa con actividades específicas destinadas a integrar la educación emocional en el currículum de educación infantil (0-6 años), educación primaria (6-12 años) y educación secundaria (12-18 años).
  • El tercer bloque, de 10 horas de formación, se plantea como una formación individualizada con la que los profesores descubren las herramientas y estrategias específicas para comenzar a introducir los conocimientos adquiridos en el aula, pudiendo compartir las experiencias vividas en determinados grupos de trabajo dentro del mismo programa de formación.

La formación, además de la adquisición de conocimientos, dará como resultado la creación de un conjunto de actividades que formarán parte del Plan de Acción Tutorial de la Escuela a partir del curso 2021-2022.

Beneficios a todos los niveles

Tal y como detalla el profesor Rafael Bisquerra, se impone la necesidad de incorporar la educación emocional en el sistema educativo, y todavía más considerando los efectos que ha tenido la pandemia en niños y jóvenes:  “Diferentes investigadores concluyen que los beneficios de la educación emocional se manifiestan principalmente en progresos significativos en el alumnado en cuanto a competencias sociales y emocionales; mejora de actitudes hacia sí mismos, hacia los demás y hacia la escuela; comportamiento positivo en clase; mejora del clima en clase; reducción del comportamiento disruptivo y mejora del rendimiento académico”, explica. “Sabemos que tendrá un impacto positivo en el bienestar del profesorado y el alumnado”, añade Isabel Martínez, directora de la Escola Freta Calella.

Para alcanzar estos objetivos, Rafael Bisquerra recuerda que la educación emocional es un trabajo en equipo: “El primer destinatario es el profesorado, pero también se debería implicar a las familias. Se forma un triángulo entre profesores, alumnos y familias (comunidad educativa), donde cada elemento es, al mismo tiempo, educador y educando en interacción permanente.”

La mirada de la Escola Freta Calella está puesta en ello: “A lo largo de este curso 2021-2022 nos hemos planteado como objetivo informar a las familias de la formación que ha cursado el profesorado en relación al Proyecto de Inteligencia Emocional en la Educación. Al mismo tiempo, las familias tendrán visibilidad de todo aquello que se está trabajando en el aula a través de tutorías individualizadas”, comenta Isabel Martínez.

Los resultados se tienen que esperar a medio y a largo plazo, pero tal y como confirma Rafael Bisquerra, sin duda llegarán y tendrán un impacto mucho más allá del ámbito del centro: “El cambio en profundidad no se va a producir de hoy para mañana. Pero si nos lo proponemos, si nos lo tomamos en serio, con la formación adecuada, podemos dar pasos importantes en la prevención de la violencia, de los comportamientos de riesgo y de los trastornos emocionales contribuyendo a la mejora del bienestar personal y social.”